| ADORO EL TRABAJO |

A veces, de la teórica a la práctica hay, no solo un mundo, sino un sistema planetario entero.

TEÓRICAMENTE, no tengo porque hechar horas extras, no estoy obligado a ello. Si lo hago es opción mía, de nadie más, que sean pagadas o no, eso ya es otra historia.
Sería la empresa en éste caso la que, después del "trabajo" realizado, te daría las gracias por la colaboración "extra", vamos... lo normal entre seres humanos...
Los horarios estarían hechos por personas competentes y con al menos la E.G.B. como estudios básicos.
Los jefes serían personas encantadoras, ya no solo porque es su "deber" (para dar ejemplo al grupo y crear un buen ambiente), sino porque, por ejemplo, ganan mucho más que nosotros los pobres "mortales" y eso ya es para estar muy contento.

(SISTEMA PLANETARIO)

En la PRÁCTICA sucede lo siguiente: Te obligan a hechar horas extras porque sino te vas a la calle, así de claro.
No se dignan ni a darte las gracias, es más, debes ser tú el que debas sentirte "privilegiado" por haber estado todo el día en el lugar de trabajo.
Si has hecho planes para la semana siguiente (según horario vigente), mándalo a tomar por el culo, porque lo más seguro que un día antes (cuando ya todo ésta preparado, listo y tu ilusión sea el motor que te mueve), te cambien el horario. [modo ironía activado] Ésto sucede muy "pocas" veces, ya que los turnos los hacen personas competentes que deben de hacer numerosos cálculos matemáticos para que todo cuadre y que no falte ningún trabajador.[modo ironía desactivado]
Los jefes, en su mayoría, son serios. No pueden sonreír, tienen implantado un chip con descarga eléctrica en la comisura de los labios... pobrecitos...