| SURREALISMO DE LOS BUENOS MODALES |

Visto desde una perspectiva amplia, alejado del submundo que ha creado ésta sociedad, con sus normas, éticas y conductas,... un simple apretón de manos o pronunciar "buenos días", puede quedar raro, extraño, ajeno a lo que se supone que somos realmente, pero adquiere todo un significado si la perspectiva se reduce a nuestra vida cotidiana, a nuestra sociedad.
Los buenos modales es un lastre, que aunque sea supuestamente necesario para no alterar la "paz" de la comunidad, lo comunicamos generación, tras generación, sin apenas renovar sus "normas".

Paseas por tu barriada y te topas de frente con el vecino/a de arriba... os miráis de reojo hasta calcular el momento justo o necesario para poder compartir una mirada con una leve sonrisa y un buenos días.
¿Cuánta distancia es necesaria para que sea obligatorio saludar?.
A veces puedes encontrarte con ésta pregunta, ya sea realizada por tu vecino/a, o un conocido:
-"Oye, ¿por qué no me saludaste ayer?".
Respuesta: -"Pueees... no sé, no te habría visto."
Respuesta verdadera: -"Pues verás, estábas en la otra punta de la calle y había mucha gente de por medio,... podía haberme acercado, pero no tenía ganas de hablar contigo en ése momento, porque más o menos me podía hacer una idea de la conversación que íbamos a tener y por eso me hice el loco."

En tu grupo de amigos/as, se une un chico/a nuevo y como "corresponde" tras la presentación, se produce un estrechamiento de manos o un beso por mejilla (según conbinación el/ella). Al día siguiente, cuando os volvéis a ver, se produce la misma situación a excepción de la presentación.
Al siguiente día, igual...
¿Cuánto tiempo ha de pasar para dejar de darse besos o apretones de manos y tratarse con más confianza?, ¿cuándo se rompe ésa barrera?.
Algo parecido sucede cuando pasa mucho tiempo sin ver a un amigo/a, ... pero lo curioso, es que ciertas personas tienen una percepción distinta del tiempo que tú.

Para terminar, he de decir que no soy reacio a los besos (de las chicas), solo son dudas o cuestiones curiosas que me asaltan cuando la situación camina a pies puntillas por el surrealismo.