| NO SOMOS UNOS JUGUETES |

Porque aunque no lo parezca queridas féminas, nosotros también tenemos sentimientos y no somos gilipollas. Que se nos considere "simples" o que siempre pensemos en el sexo no significa que no sepamos apreciar las vueltas de tuerca que podéis llegar a dar a una situación para disminuir o disimular el impacto.

"ESTOY CONFUNDIDA" dijo ella, "NO SÉ LO QUE SIENTO"... "ME SIENTO VACÍA" ... "LA RELACIÓN SE HA DETERIORADO"... Frases hechas para ocultar la verdad, ni más ni menos.

Con lo sencillo que sería decir:

- "Desde hace un tiempo me gusta un chico en mi nuevo grupo de amigos/as. No sé si es la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida, pero me ha puesto cachonda (y también sentimentalmente hablando) y tengo dudas, así que mientras tantearé el terreno saliendo más con él sin que tú lo sepas, pero sin olvidarme de tí, ya que hay que mantener de vez en cuando el fuego encendido por si la cosa no funcionara poder volver junto a tí con todo el "amor" del mundo...".

No, no es fácil decirlo y tampoco escucharlo, pero sería la verdad.

Cierto es que éste caso también puede darse a la inversa y ser la mujer la víctima, pero éste post ahora no va de eso, éste post va de cómo las mujeres también mienten y lo hacen incluso mejor que los hombres.

Juguetes, eso es lo que llegamos a ser cuando una mujer "juega" a dos bandas sentimentalmente hablando... y lo jodido es que a priori lo hacen mejor que nosotros y a veces cuesta discernir lo que será el comienzo del fin.

No hay nada peor que una mujer que no sepa lo que quiere.

Hacía tiempo que no escribía una divagación y es hoy cuando me siento preparado para expresar en éstas pocas líneas mi opinión. A pesar de lo que podáis pensar, es optimismo lo que desprendo y más después de comprobar que la desidealización es un proceso lento pero seguro.

La mujer de tu vida deja de ser LA MUJER DE TU VIDA en el momento en el que desaparece el factor más importante, que te quiera y que por lo tanto quiera estar contigo.

Es duro empezar de cero, pero más duro es pensar que vivías con alguien que dejó de quererte.

Y de postre, la película que resume (salvando ciertas distancias) mi situación: