ARRINKONADOS: | ESTAR, SIN ESTAR |

lunes, 21 de enero de 2008

| ESTAR, SIN ESTAR |

"-Me he pasado 40 años pidiendo permiso para mear... y soy incapaz de hacerlo sin que me lo dén... eso es una realidad durísima... me va a ser imposible sobrevivir aquí afuera..."
Morgan Freeman - CADENA PERPETUA

Querido/a lector/a, espero que no malinterprete el escrito que a continuación va a leer con la cita que he puesto arriba. Espero que entienda el matiz de dicha similitud.
Cuando creas un "estilo de vida", una forma de vivir la vida, en realidad creas un hábito sobre tu carácter. No estoy generalizando, pero creo que muchos lectores se sentirán identificados con lo que escribo.
Convives con una pareja durante años, compartes tu forma de ser, tus manías, inseguridades, problemas, dudas, miedos, alegrías, esperanzas, ilusiones con ella o él, todo, absolutamente todo es compartido hasta tal punto que todo gira directa e indirectamente hacia ésa persona, es entonces cuando se crea un vínculo tan especial como el de la familia, casi podría decir metafóricamente que los dos flotarían en un útero materno, cálido, confortable y resguardado del exterior. Esa persona forma parte de tí y de tus vivencias en ésa etapa de tu vida, se llega a convertir en un ser necesario para dar un sentido a tus acciones e incluso a tu propia existencia.
El hábito que se crea es tal que cuando se rompe ese vínculo, nada tiene sentido. Crees que no hay otra persona como ella o él en éste mundo y en cierta forma, es verdad, todos somos únicos.
ESTAR, SIN ESTAR, estar viviendo fuera del "útero" con sus consecuencias, miedos, inseguridades, problemas, dudas,... todas ellas sin ser compartidas con ese ser que has dejado atrás. Ahí es donde está el reto, empezar de nuevo, compartir con otro ser otro vínculo, otras vivencias, arriesgarse a equivocarse.
Entre tú y yo... tengo miedo a lo desconocido.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Como dice un proverbio chino:"Quedarse con lo conocido por miedo a lo desconocido,equivale a mantenerse con vida pero no vivir."

vane dijo...

o simplemente puedes ekivocarte y ser ,mas vale malo conocido q bueno x conocer.

Anónimo dijo...

Sinceramente leyendo esta reflexión, es como si leyera mi pensamiento, cuando pierdes algo o alguien, te das cuenta realmente de lo q has tenido. Luego te sientes sola cm si no pudieras seguir adelante, pero la vida es muy corta como para estar lamentandose por lo que has perdido, debes seguir adelante y visualizar más horizontes.
(breve resumen de lo que he interpretado de esta reflexión, puede que me equivoque o puede que no).
Besos Sigue iwal de puto amo Josh!
<< Marta >>

Anónimo dijo...

quien se lamenta d las cosas q quiere tener es porque no tiene el valor de conseguirlas.yo pienso q hay q luchar si realmente merece la pena esa persona,si me dio tanto y compartio tanto por algo seria no?

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con el sentido "romántico" de este vínculo, que en cierta forma te despersonaliza porque lo elijes.
Pero no con la imposición de un sistema. Esto me recuerda al experimento social de los 5 monos, juzgad vosotros mismos:

Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de bananas.

Cuando un mono subía la escalera para agarrar las bananas, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo.

Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo golpeaban.

Pasado algún tiempo más, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de las bananas.

Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos. La primera cosa que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes le acomodaron tremenda paliza.

Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera, aunque nunca supo el por qué de tales golpizas.

Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho, lo volvieron a golpear. El cuarto y, finalmente, el quinto de los veteranos fue sustituido.

Los científicos quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos que, aún cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a las bananas.

Si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué le pegaban a quien intentaban subir la escalera, con certeza la respuesta sería: “No sé, aquí las cosas siempre se han hecho así.”

Besos, Huma